Jefferson Soteldo ha llegado a la Universidad de Chile para con su determinación y finuras
CRISTÓBAL GUERRA [email protected] www.twitter.com/camisetadiez
CARACAS.- La llegada de los conquistadores españoles al continente significó para Europa la aparición de la “tierra prometida” de la que habla la Biblia. Y, valga el símil, para el fútbol venezolano vuelve a ser este enorme pedazo de geografía el edén, porque comienza ser el lugar en el que jóvenes jugadores nacionales se amoldan a sus exigencias y algunos de ellos convertidos en figuras de relevancia. Veamos a Rómulo Otero, indiscutible titular en el Atlético Mineiro: hace goles de tiro libre y jugadas, entrega pelotas a los compañeros que hacen daño al adversario, y la gente en la grada lo festeja. Y veamos también a Jefferson Soteldo, quien luego de una campaña interesante en el Huachipato, ha llegado a la Universidad de Chile para con su determinación y finuras, ser hombre importante en la capital de ese país. Dos jugadores venezolanos en la “high” del fútbol de estas latitudes, toda una promesa de capítulos por escribir en una región siempre ávida de nuevas historias…
Es reciente el descubrimiento de Venezuela como nación futbolera. Al menos en Suramérica, porque en Europa sigue siendo “un país de beisbol”. Son pasos que se han ido dando desde los días de José Omar Pastoriza, Richard Páez y César Farías, a los que ciertamente les faltado la continuidad necesaria para que esta expresión futbolística sea verdaderamente respetada. Pero algo había que hacer, y algo se ha hecho en los tiempos recientes. La Vinotinto, mal que bien, sembró el campo, y ahora, con Otero y Soteldo se transfigura en una cosecha que aspira a ser irrefutable. Solo falta ese seguir, ese ser constante, porque de eso han vivido los países en los que el fútbol es patrimonio nacional. Venezuela es diferente, porque su historia es diferente. El fútbol, pues, va adherido a los valores nacionales de cada comarca de América del Sur; por aquí no ha sido así, pero tal vez ya comienza a ser…
Esta es la primera “Camiseta 10” del año 31, cumplidas, el pasado domingo, sus primeras tres décadas de existencia. Ahora, tomados por la nostalgia, nos preguntamos: ¿qué será de las vidas de aquellos hombres, todos aquellos jugadores, árbitros, dirigentes de 1988, fecha de nacimiento de la columna? ¿A qué se dedicarán, a qué planeta habrán ido a parar aquellos esfuerzos cuando el fútbol tenía poca resonancia en los medio de comunicación? Sabemos de algunos antiguos futbolistas dedicados al entrenamiento o a las escuelas de fútbol, entregados a impartir y esparcir aquellos conocimientos; pero si hacemos un inventario, son los menos. Los otros, los que hacen mayoría, se nos han perdido por los caminos infinitos que la vida nos pone por delante. Nos vemos por ahí.