La Liga Profesional de Baloncesto tiene mucha tarea por delante si desea que el circuito permanezca en la mente del seguidor del básquet
La LPB vive momentos difíciles como marca. Esas tres letras no resuenan en los oídos de la audiencia con noticias positivas desde la pasada final, que ganó Guaros a Marinos en seis juegos a mediados de 2017. El circuito ha navegado en el mar de la incertidumbre y durante las últimas semanas el presidente de la institución, Alinson Chacón, visita los medios para llevar un mensaje: “Necesitamos que el Gobierno nos permita el acceso para la compra de dólares, pues en caso contrario no tendremos temporada en 2018”. Por primera vez en sus 44 años de existencia (en el inicio como Liga Especial y luego como Liga Profesional), una campaña del baloncesto rentado corre el riesgo de no disputarse y eso rompería un hilo que comenzó el 22 de febrero de 1974, cuando unos soñadores decidieron poner en marcha un proyecto que con el paso de los años se convirtió en uno de los entretenimientos más importantes de Venezuela.
Con 10 equipos, 10 cerebros, 10 socios, 10 razones, la directiva de la Liga Profesional de Baloncesto tiene mucha tarea por delante si desea que el circuito permanezca en la mente del seguidor del básquet, del aficionado a los deportes, del venezolano que busca esparcimiento en una disciplina que ha escrito páginas gloriosas en la historia. El reto es, en la jerga de los especialistas de mercadeo, “posicionar” de nuevo a la marca y con cada día que pasa se complica el objetivo. Si bien es difícil poner en marcha la Liga bajo el formato que utilizó hasta el año pasado, la falta de acción dejaría un vacío tremendo, lo cual implica un gran riesgo en lo que respecta al área de negocios. Si hacemos un paralelismo, con las particularidades de ambos circuitos, la MLB sufrió luego del paro que afectó la temporada de 1994 (incluida la Serie Mundial) y tuvo que invertir mucho para levantar su audiencia. Una temporada sin acción tendrá un costo incalculable para la LPB, pues desaparecerá de la psique del aficionado en 2018.
Esperar por la aprobación para la compra de divisas es un riesgo, si tomamos en cuenta que el Gobierno no ha mostrado intención alguna en las últimas semanas. La LPB tiene luz propia y si quiere sobrevivir debe adaptarse al entorno y aprovechar sus potencialidades. Pensar que el baloncesto tiene el mismo estatus del beisbol (un deporte con más de un siglo de tradición y que forma parte de la cultura del venezolano) es un error. Al observar el panorama económico, con todas las dificultades que presenta, vale pensar como Leonardo Rodríguez, Oscar “El Negro” Prieto, Delio Amado León, Armando Naranjo, Flavio Fridegotto y todos aquellos pioneros que comenzaron desde cero para desarrollar la Liga Especial en 1974.