El jardinero zuliano conversó con Líder sobre las expectativas para este 2018
MANUEL BITAR [email protected]
KISSIMMEE.- En el clubhouse de los Bravos de Atlanta se respira juventud. El conjunto más joven de la Liga Nacional buscará alcanzar su primera postemporada desde 2013 apoyados en el talento y la veteranía de Ender Inciarte.
“Tenemos muchas expectativas este año”, indicó el marabino en exclusiva para Líder previo al choque del pasado sábado ante los Cardenales de San Luis en el Champion Stadium en Kissimmee, Florida, casa de los Bravos en la pretemporada.
“Hay un buen grupo, es una mezcla de jugadores veteranos y jóvenes”, agregó el criollo. “Lo que hemos visto hasta ahora ha sido muy positivo, el equipo confía en darle la oportunidad a que estos nuevos peloteros nos ayuden a mejorar. Como organización tenemos mucho que probar”.
La gerencia apuesta por el talento emergente para dar la sorpresa. “El equipo está en reestructuración y personalmente ya pasé por esa experiencia cuando estuve con los Cascabeles de Arizona; sin embargo, lo que veo este año es muy diferente”, detalló el venezolano. “Estamos seguros de que vamos a sorprender a muchos, es una división que se compite bastante, pero confiamos en el staff de pitcheo que tenemos, en los jugadores y en lo personal me encantaría jugar en octubre ya que nunca lo he hecho”.
Trabajo consistente
“Cada año busco seguir superándome, todos los días salgo a exigirme más”, añadió. “Espero mejorar defensiva y ofensivamente, además de poder ayudar a los peloteros jóvenes que vienen subiendo con algunos consejos. Es por eso que la mejor ayuda que uno le pueda brindar es darle la confianza y eso se va a ver reflejado a la hora de jugar”.
Inciarte también explicó que trabaja duro en la lectura de los lanzamientos. “Tengo muy buen contacto con la bola, pero busco tener una mejor selección de los pitcheos. Cada vez que hago swing pongo la bola en juego, si puedo combinar eso con elegir un buen pitcheo voy a ser más consistente. La idea es tomar más boletos y evitar rodar la bola con lanzamientos que el pitcher quiere. Mientras más veces esté en las bases más oportunidad tendré de robar bases y anotar carreras”.
Tras un extraordinario 2017 donde alcanzó su primer Juego de Estrellas, más de doscientos incogibles, promedio de bateo sobre el potro de los trescientos y su segundo Guante de Oro, el marabino luce relajado. “Trato de no trazarme metas para no presionarme. Voy paso a paso, juego a juego y me divierto. Al final esto es un juego y uno a veces de manera inmadura se pone presión donde no debe haber. Simplemente disfruto del juego, de lo que hacen mis compañeros y si Dios quiere todo lo que venga será bien recibido”.