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Dictadura venezolana detiene a exministro y militar cercano a Hugo Chávez

Sin duda hay nerviosismo. Luego de varias detenciones de militares importantes, la dictadura ha decidido ir en contra de uno de sus más peligrosos enemigos: el exministro chavista de Interior y Justicia, mayor general del Ejército retirado, Miguel Rodríguez Torres.

Lo detuvieron en la tarde de este martes 13 de marzo de un hotel en Caracas, donde se encontraba realizando un acto político. Llama la atención que su detención no obedece a las formas tradicionales de la dictadura.

Al hotel llegó una comisión de la policía política del régimen, SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), acompañada por el general de brigada Eduardo Serrano Díaz, quien fue el que avisó a Rodríguez Torres su detención “por órdenes superiores”.

El mayor general Rodríguez Torres cedió. “En el video de su detención, Rodríguez Torres no resiste, no grita. Va en silencio hacia el vehículo, como quien esperaba ese momento”, escribió en su cuenta de Twitter la periodista y especialista en la fuente militar, Sebastiana Barráez.

https://twitter.com/DanielBlancoPz/status/973662814903484417

Aún no se sabe bien adónde se llevaron al exministro. Primero se pensaba que lo habían trasladado a la sede de la Policía Nacional Bolivariana en Boleíta. Luego, que estaba en el SEBIN de Plaza Venezuela; pero esto también fue desmentido.

Es curioso, porque en el SEBIN de Plaza Venezuela se encuentran, además de los calabozos, las temidas celdas de La Tumba. Estos espacios, descritos como la representación del averno, se encuentran a varios metros bajo tierra. Los detenidos en La Tumba son, principalmente, presos políticos. Jóvenes que han durado meses ahí y han recibido las más dantescas torturas.

Un caso reconocido es el del joven Lorent Saleh, quien en 2014 el Gobierno de Colombia lo entregó al régimen de Maduro e inmediatamente fue sometido a La Tumba. Según familiares y abogados de Saleh, el activista se encuentra al borde del desquicio.

Bueno, La Tumba fue creada en el 2014, en medio de la coyuntura de protestas antigubernamentales de los primeros meses de ese año, por el entonces ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres.

Al ser ministro de Interior, bajo el mayor general también estaba el Servicio Bolivariano de Inteligencia. Es el responsable de las torturas, las violaciones y los asesinatos durante las manifestaciones de 2014 —en ese tiempo más de cuarenta jóvenes fueron asesinados por las fuerzas de seguridad del Estado; además se registraron violaciones y fuertes torturas—.

Poco tiempo después de las protestas, en octubre de ese año, Rodríguez Torres dejó de ser ministro de Interior y Justicia. El cargo lo asumió la almirante Carmen Meléndez. Desde entonces empezó a apartarse de forma gradual del régimen de Nicolás Maduro hasta que se convirtió en un disidente abierto. Formó su propia fuerza política, Movimiento Amplio Desafío de Todos, con el objetivo de ser oposición al régimen.

El mayor general chavista “pero no madurista”

Miguel Rodríguez Torres es un enemigo peligroso de Nicolás Maduro porque su vínculo con la Fuerza Armada es estrecho. A principio del siglo, el expresidente Hugo Chávez le designó la tarea de reformar la anterior Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP, la policía política). En 2010 la DISIP cambió su nombre a SEBIN.

Es por ello su relación cercana al SEBIN y, aparentemente, es un organismo de inteligencia y contrainteligencia en el que todavía se guarda respeto por Rodríguez Torres.

Pero además, el mayor general representa una generación decisiva para la edificación de la Revolución Bolivariana. Fue parte decisiva del golpe de Estado que Chávez lideró en 1992 contra el expresidente Carlos Andrés Pérez. Todos los comandantes de esa intentona fracasa se convirtieron, inmediatamente, en símbolos del chavismo. Por esa razón Rodríguez Torres también significa una amenaza para Nicolás Maduro.

Temor por el sector chavista de las Fuerzas Armadas

Hace unos días PanAm Post contactó a la presidenta de Control Ciudadano, Rocío San Miguel, quien suele contar con información privilegiada del mundo castrense venezolano.

San Miguel aseguró que, por primera vez en seis años, se plantea la posibilidad de que se ejecute un golpe de Estado no violento que termine generando una transición en Venezuela. Afirma que, en el caso de que este movimiento se consolide, será promovido por los sectores «chavistas» de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Es justo por esto que Miguel Rodríguez Torres cobra importancia. Su secuestro se da varios días después de que la dictadura detuviese a 19 oficiales del Ejército. Sin embargo, una de esas detenciones es la que más llama la atención.

“Uno de ellos es el 1er comandante del Batallón Ayala, Iber Marín Chaparro, quien ocupó el mismo comando en la Caballería Motorizada del Ejército en Santa Elena de Uairén, antes de ser ayudante del presidente fallecido, Hugo Chávez”, se lee en la página de Control Ciudadano.

“Quienes conocen a Marín Chaparro lo escriben como un oficial íntegro y que cualquier comandante quería tener en su batallón por su compromiso, profesionalismo y preocupación por sus hombres. El presidente Hugo Cha´vez, comentó un militar retirado, lo apreciaba y le dio ‘confianza entera’”.

El Batallón Ayala se encuentra en Fuerte Tiuna, una de las instalaciones militares más importantes de Caracas y Venezuela; y es precisamente donde se encuentra el Ministerio de la Defensa y otras sedes de importantes instituciones.

Este Batallón, cuyo primer comandante fue detenido hace días, es, también, de los más poderosos del país. Cuenta con la mayor caballería motorizada —tanques de fabricación estadounidense y vehículos rusos—. Además, en el historial de asonadas en Venezuela, ha jugado un papel determinante.

En octubre de 1988 un evento pasó a la historia como “La noche de los tanques”.  El Batallón Ayala salió de Fuerte Tiuna para ejecutar un golpe de Estado que terminó por abortarse. Ese día hubo nerviosismo en Miraflores.

Casi cuatro años después, nuevamente el Batallón protagonizó otra pretensión de derrocar a un mandatario. Con Ayala y el Batallón Bolívar, Hugo Chávez contó el cuatro de febrero de 1992 para tomar Miraflores. Fueron estos dos lo que, tanto en el 88 como en el 92, tenían el objetivo de tomar la presidencia.

“Pica y se extiende”

La periodista Sebastiana Barráez asegura que “la relación de Miguel Rodríguez Torres con sectores internos del chavismo, militares activos y los del 4F, tenían en alerta al Gobierno”.

Un usuario en Twitter le preguntó a Barráez si la detención del mayor general, antes de las elecciones, “indicaría que el Gobierno eleva su percepción de riesgo ante lo que pueda suceder en los cuarteles”. La periodista precisa que eso es correcto. Resalta, además, que el secuestro de Rodriguez Torres “pica y se extiende”.

Fuente: es.panapost.com

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