Tumulto y gritos: ¿hasta cuándo?
CARACAS.- A Marco van Basten se le quedó algo guardado en las gavetas de la memoria. Hace unos meses, el antiguo y fiero atacante holandés y hoy personero de la Fifa, le propuso al fútbol cambios; algunos interesantes, otros intrascendentes, para tratar de modernizar un juego que tradicionalmente ha sido especialmente conservador. Alguna vez hemos comentado la necesidad de convertir los saques de banda en especie de tiros de esquina al ser cobrados con el pie y no con las manos, pero ese es tema de otra conversación. Ahora a lo que nos urge referirnos es al bochorno continuado de los rodeos que en todas las ligas, en todos los países, acogotan a los sufridos árbitros del mundo. Tumultos, empujones, palabras en tono mayor son proferidas contra los jueces, que precavidos, algunas veces temerosos, van hacia atrás en maniobras defensivas ante tanta manifiesta agresividad, ante tales actitudes que desdicen de la condición humana…
El domingo pasado, mientras veíamos un partido de la Liga Española (Betis-Girona), sentimos pena por aquel indefenso árbitro, al que no le bastaban, como no le alcanza a ninguno de su profesión, tener de su lado el reglamento. Sí, pasan estas cosas porque el fútbol es pasionario, propicio para que los huracanes de las entrañas se desboquen incontrolables, pero algo, mucho, habrá que hacer para contener la ira de los desaforados jugadores: ¿redactar un nuevo reglamento, quizá, en el que los hombres del fútbol se comporten decentemente, como los del baloncesto, con faltas técnicas incluidas? Escribimos de este tema porque es asunto que nos preocupa, porque los futbolistas, en su locura, en su esquizofrenia de esos momentos en llamas, no quieren entender que las protestas desbocadas no van a hacer cambiar el criterio de las decisiones arbitrales. En el fútbol venezolano, para no ser menos, también pasa… y pasa a cada rato, casi en cada partido…
¿Se acuerdan de Ronald Vargas, aquel gran jugador venezolano a quien las lesiones alejaron de la gloria mayor? Bien. En días pasados un pase suyo sirvió para que Riley McGree anotara un gol para el Newcastle Jets que ya está considerado como el más duro rival que tendrá la chilena de Cristiano Ronaldo contra la Juventus, como el gol del año y por tanto, Premio Puskas. McGree recibió incómodo y, de lado ante el arco, haciendo una pirueta con su cuerpo, le pegó a bola un “escorpión” a lo René Higuita para empatar el partido, luego ganado por su equipo ante el Melbourne City. De esta manera Vargas vuelve a ser noticia: su visión de juego para dar la pelota al joven de 19 años de edad es parte fundamental de tan sonoro hecho futbolístico. Nos vemos por ahí.
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