El 28 de junio de 1600, según registros en el Cabildo de Caracas, se solicitó permiso para representar la primera obra teatral en el país. Fue por ello como, en 1978, se promulgó el decreto que dejaría instituido ese día como la fecha para celebrar las tablas venezolanas.
Esa primera representación tuvo que ver con Corpus Christi, trasladando el espíritu religioso que las obras de teatro traían desde su creación.
Lo cierto es que este año, las tablas las tendrán duras para celebrar como es debido. La pandemia por el coronavirus hizo que los escenarios para representar las obras cerraran sus puertas. Tampoco se podrá hacer al aire libre, una de las mejores maneras de acercar ese arte al público, por aquello de las aglomeraciones y el distanciamiento social que se debe mantener.
Para el dramaturgo Rodolfo Porras, el Día del Teatro “tiene la función de concentrar la memoria histórica y la atención sobre la disciplina. En esta situación de pandemia, aunque la actividad disminuyó, ahora más que nunca es mejor que haya un día que lo recuerde”.
Las plataformas en línea han surgido como una especie de tabla de salvación para que el público amante del teatro pueda seguir experimentando. De hecho, el Prefacio del Festival de Teatro de Caracas se realizó haciendo uso de ellas, en tanto que otras instituciones también han echado mano a grabar las piezas y luego colgarlas en sus sitios web para quien pueda y desee disfrutarlas.
En el caso de Porras, no ha tenido chance de que una de sus piezas se vea en streaming, pero sí ha dictado clases magistrales por esa vía. “Se están dando esas experiencias en línea que resultan muy interesantes, sobre todo para las nuevas generaciones”, dijo.
Antes de la pandemia, la actividad teatral era bastante movida. “Ha crecido mucho y la vorágine de hacer dos y tres obras simultáneamente ha incidido para que se haya perdido la oportunidad de profundizar más en el trabajo. Entonces considero que el tiempo de confinamiento ha hecho que muchos actores han tenido que replantearse, por ejemplo, cómo es él, qué clase actor es, hacia dónde va. Algo que todo el mundo debería hacer todos los días con su profesión. Es una oportunidad de mirarse y de cuestionarse”, dijo Porras.
Sin embargo, consideró que en los últimos años el teatro venezolano “y me atrevería a asegurar que el de muchas partes también, perdió ese carácter de masas y cada vez es más íntimo. Antes de la pandemia no estaba en su mejor momento. Si lo comparas con la atención y la expansión que han tenido el cine y la TV da la impresión de que fracasó”.
No obstante, considera que ahora el teatro ahora es más exigente porque en un momento fue, junto con la música, “la cultura de las masas. Su objetivo de modificación del ser humano es más de sensibilidad que de política. Para hacer teatro en Venezuela hay que ser bien frasquitero porque se hace por vocación no por dinero ni por otra cosa. No da suficientes dividendos. Estoy aprendiendo todos los días porque soy muy autocritico. Estoy convencido de que el teatro es 90% trabajo y 10% de talento”.
Los tiempos y los desafíos Para el docente e investigador Luis Mancera, enfrentamos un desafío “y nos llama a debatir sobre el teatro venezolano, desde la formación, la infraestructura y un censo nacional de trabajadores, de artistas y dramaturgos para saber sus necesidades tanto de la creación, como del medio”.
Consideró que una de las mejores opciones que se pueden comenzar a generar una vez que se supere la pandemia, y la sociedad pueda vivir la llamada “nueva normalidad” es “ir articulando una programación nacional para que todos los teatreros sepamos qué se hace en todo el país. De esa forma, podemos ir analizando las propuestas, los temas que más gustan por regiones, hacer congresos e ir apuntando a la organización del sector”.
Ante esto, mencionó que es importante, según su punto de vista, que se perfilen nuevas estrategias para mantener a flote el sector. “El teatro venezolano se resiste a morir porque la inversión no es suficiente y los espacios tampoco. Pero sus relacionados estamos aferrados a él porque lo amamos. El teatro es pasión”.
Mancera es de quienes piensan que al tiempo de confinamiento hay que sacarle provecho: “La pandemia nos ha dado una lección de cómo podemos crear. Estoy de acuerdo que un streaming no es el mejor medio para hacer teatro, pero tenemos que seguir y continuar en el avance, no solo porque el público quiere entretenimiento, sino también porque así no nos quedamos estancados. Por eso, es importante que los teatreros nos formemos en las nuevas tecnologías”, añadió.
Porras y Mancera coincidieron en que antes de la pandemia el teatro venezolano estaba en un punto bajo “porque si bien había muchos montajes no eran suficientes para atender las demandas del público.
Premios
- La Asociación Venezolana de Crítica Teatral (Avencrit) dio a conocer a los nominados a su tradicional premio anual. La modalidad de entrega será anunciada próximamente.
- El premio especial correspondiente a esta edición se lo otorgarán a la Escuela de Teatro Musical de Petare, dirigida por Vyana Piertri, según lo anunciaron los miembros de la asociación: Luis Alberto Rosas, Joaquin Lugo, Daniel Dannery, José Pisano y Yoyiana Ahumada.
- Los teatreros esperan que este año, pese a la pandemia, se anuncie el ganador del Premio Nacional de Teatro, que tradicionalmente se hace el 28 de junio, para que celebren con alegría su día.
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