El número 7, en muchas culturas, es sinónimo de suerte, fortuna e incluso magia. Tiene un misterioso encanto que traspasa lo tangible y que se adapta perfectamente a cualquier situación. Hoy toda esa magia que rodea al número siete puede llenar de ilusión a los fanáticos de Cardenales de Lara, que ya comenzó su participación en la Serie del Caribe, Mexicali 2025, justamente la séptima en su historia.
Los dirigidos por Henry Blanco, que se titularon campeones de la LVBP, protagonizando una increíble remontada ante los Bravos de Margarita, están inspirados y comprometidos con ganar el clásico por primera vez en la historia. Aún fresco en la memoria tienen el recuerdo de su última participación en el certamen, en la edición de 2020 que se disputó en San Juan Puerto Rico, cuando cedieron en la final ante Toros del Este de República Dominicana. Y, por supuesto, quieren la revancha.
Pero además se topan con la curiosidad de que el campeón vigente es venezolano, unos Tiburones de La Guaira que cerraron con broche de oro una temporada de ensueño y acabaron con la sequía criolla, porque Venezuela no celebraba en el clásico caribeño desde la edición de 2009, cuando los Tigres de Aragua se impusieron justamente en Mexicali.
Así que inspiración y compromiso hay de sobra, además creen firmemente en que el momento es ahora. Ya lo dejó muy claro el gerente general, Carlos Miguel Oropeza, asegurando que la Serie del Caribe es esa tarea pendiente que quieren atender con prontitud. Para eso han trabajado todo el año y se han reforzado, luciendo ahora una plantilla mucho más robusta capaz de ilusionar a cualquiera.
Su poderosa ofensiva, que ligó para .323 en la Gran Final de la LVBP, con nueve jonrones y 49 carreras anotadas, se mantuvo casi intacta y seguirá siendo comandada por Ildemaro Vargas, Rangel Ravelo y Gorkys Hernández. Sufrieron la baja de Harold Castro, que comenzará a prepararse para el Spring Training, pero sumaron al productivo Alexi Amarista, que fue el mejor bateador de Bravos en el round robin con un promedio de 393, y al receptor Francisco Arcia.
El pitcheo en cambio recibió cuatro refuerzos, todos hombres de experiencia, acostumbrados a estos torneos cortos. Jesús Vargas, Silvino Bracho, Anthony Vizcaya y Liarvis Breto, estos últimos tres para reforzar un relevo que ya cuenta con piezas sólidas como Arnaldo Hernández, Brian McKenna, Vicente Campos y Robinson Hernández.
Como dice por ahí las cartas están echadas y el destino ya está escrito, ojalá favorezca a esos resilientes Cardenales de Lara, que no se rinden y que anhelan seguir llenando de gloria a su afición.