El Área Metropolitana del Valle de Aburrá ha recibido 45 monos cariblancos en lo que va del 2025.
Al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) de fauna silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá llegaron dos monos víctimas de la comercialización ilegal de fauna silvestre.
Se trata de un mono cariblanco infantil (Cebus albifrons) que llegó con graves lesiones en la zona perianal, producto del uso prolongado de pañales humanos durante su permanencia en cautiverio.
El pequeño primate fue entregado en la Estación de Paso luego de haber permanecido cerca de cuatro meses en una vivienda donde, según el relato de quienes lo llevaron, pasaba gran parte del tiempo sobre el lomo de un perro.
Al ser evaluado por el equipo profesional del CAVR, se evidenció que el animal presentaba un estado nutricional deficiente, además de una severa irritación y heridas en la zona perianal, consecuencia directa de la acumulación de materia fecal bajo el pañal que portaba.
“Su proceso de limpieza y curación ha sido doloroso, especialmente durante los primeros días; sin embargo, actualmente el mono se encuentra bajo observación en la sala de neonatos del Centro, recibiendo alimentación balanceada y tratamiento médico constante”, aseguraron de la entidad.
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A este caso se suma el de un mono capuchino (Cebus capucinus), también se trata de un individuo infantil que fue entregado por ciudadanos, luego de ser “rescatado” de manos de personas que, presuntamente, le suministraban sustancias psicoactivas.
De acuerdo con el Área Metropolitana, este es el octavo mono capuchino que ingresa al CAVR desde 2024 El ejemplar llegó al centro en condiciones delicadas: muy nervioso, con el pelaje sucio y bajo peso. Debido a su corta edad y estado de salud, fue trasladado a la sala de neonatos, donde recibe atención especializada, alimentación controlada y acompañamiento permanente por parte del equipo técnico.
Según la entidad, lo más doloroso, es que para que un individuo tan joven llegue al cautiverio, su madre probablemente fue asesinada para arrebatárselo. Durante los primeros seis meses de vida, las crías permanecen aferradas al cuerpo de sus madres, de quienes dependen completamente para alimentarse y sobrevivir.
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Desde el año pasado, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá ha recibido 45 monos cariblancos, la mayoría de ellos en estado infantil o juvenil, lo que refleja la persistencia del tráfico y la tenencia ilegal de fauna silvestre como “mascotas”.